miércoles, 1 de mayo de 2013

VAMOS A LA CAMA

Todo el mundo recuerda con cariño cómo la Familia Telerín nos enviaba a dormir durante los años 60. Se ha quedado grabado en el imaginario colectivo tanto la canción como las imágenes de aquellos tiernos pequeñines que se cogían de la mano y arrastraban un osito de peluche para que los más menudos de la casa dejáramos de incordiar a la familia. Visto desde ahora, no dejaba de ser un favor importante el que hacía en aquella época Televisión Española con plena vocación de servicio público, pues facilitaba la tarea a los padres en uno de los momentos del día de mayor conflicto familiar, cuando los niños se rebelan con mayor vehemencia a los mandatos de los adultos.



Muchos años después apareció un personaje mucho más irreverente pero también más divertido que cantaba el grupo Siniestro Total y que supo establecer una total complicidad con todos los públicos de todas las edades: Casimiro era una especie de monstruo peludo que se quitaba los calcetines sin quitarse los zapatos, que a mí siempre me recordó muchísimo al Capitán Cavernícola, y que dió un paso más en la orientación al servicio público, porque no sólo nos enviaba a la cama a una hora razonable, sino que nos instaba a lavarnos los dientes antes de acostarnos.



Pero ¿Qué pasa con los personajes que cumplían el mismo cometido en los años 70? ¿Cómo es que nadie recuerda a los Televicentes? Quizá no estuvieron tanto tiempo en antena o quizá los personajes no "pegaron" tan fuerte como sus antecesores y predecesor, pero nadie recuerda a Don Pepino, el cantante trasnochado con su canotier, que se enfrentaba a un loro descarado con boina que revoloteaba por el escenario. También en esta entrega había una familia que cantaba una melodía y acababa bostezando en la litera mientras nos daban las buenas noches, y mi hermano, que era casi un bebé en aquella época se quedaba ensimismado ante la pantalla cada tarde-noche. Algo debe pasar con estos protagonistas para que hayan quedado relegados al olvido, porque ni siquiera él, que los adoraba, los recuerda ahora de mayor.

¿Quién sabe? Tal vez Don Pepino fue a parar al mismo sitio donde van a parar todos los personajes, películas, cuentos. canciones e historias que sólo yo recuerdo y que a veces me hacen pensar que debo ser de otro mundo. Menos mal que existe internet y otras persona que recuerdan las mismas extravagancias que yo y velan por mi salud mental. ¡Benditas "w"!



Fuente de imagen 1: http://sinalefa2.wordpress.com
Fuente de imagen 2: http://carta-de-ajuste.blogspot.com.es

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