domingo, 7 de octubre de 2012

EL RUBIO DE "STARSKY Y HUTCH"

Elenita era una de mis mejores amigas. No era mi amiga inseparable pero sí que nos unía una especie de hilo mágico y secreto que quizá tenga algo que ver con los  amarillos de Albert Espinosa.

A las dos nos encantaba la serie de moda "Starsky y Hutch" y más concretamente David Soul, el rubito que daba vida junto a Paul Michael Glaser a la pareja de detectives más popular del momento. No recuerdo qué día la daban por la televisión pero sí recuerdo que al día siguiente Elenita y yo pasábamos la hora del patio comentando lo guapo que era y cómo nos gustaba a las dos.

Un día Elenita no vino al colegio y nos explicaron que había tenido un accidente de tráfico. Pasaron días hasta que supimos que su padre había muerto en el accidente y ella era, de los supervivientes, la que había recibido la peor parte. Nadie nos aseguraba que sobreviviera y, si lo hacía, no teníamos ni idea de si podría volver al colegio ni en qué condiciones. Yo me quedé "chocada"; como ya he dicho no era mi mejor amiga pero sí podía considerarle una persona importante en mi vida.

Pasó mucho tiempo hasta que nos informaron que ya no temían por su vida pero sí nos advirtieron que las secuelas habían sido tan importantes que nunca volvería a ser la misma. Al iniciar el curso siguiente le habían guardado una silla en la clase, pero no iba a seguir nuestro ritmo de aprendizaje, sino que haría algunas tareas paralelas a las nuestras para que no perdiera contacto. El primer día que entró en clase todos estábamos nerviosos pero yo lo estaba especialmente. Al verla llegar nos quedamos impactados: su cara había cambiado, cojeaba visiblemente y tenía uno de los brazos algo paralizado; también le costaba vocalizar y su voz era muy ronca.

A media mañana me acerqué a ella. No recuerdo qué estábamos trabajando el resto de clase pero recuerdo perfectamente qué estaba haciendo ella: tenía delante un laberinto de estos de pasatiempos y había rellenado con el bolígrafo, de manera casi obsesiva, absolutamente todos los caminos posibles convirtiendo el resultado en grotesco. Me miró, me sonrió y me dijo con dificultad pero con la misma expresión picarona de otros tiempos "¿Te acuerdas de cómo nos gustaba Hutch?" Yo también sonreí, asentí y comprendí que detrás de todo aquel cambio de apariencia seguía estando mi amiga Elenita que compartía conmigo su absoluta adoración a David Soul.

Durante mucho tiempo después, cuando nos encontrábamos por la calle, ella sonreía y me repetía la misma frase respecto a nuestra serie de culto. Todavía ahora guardo un entrañable recuerdo de aquella serie y de aquella niña que para mí se quedó atrapada en un recuerdo feliz que compartimos durante una parte de nuestra infancia. Me pregunto si todavía rellena caminos de los laberintos para encontrar la salida.

Un beso, Elenita, pares por donde pares. Esta canción es para ti.




Fuente de la imagen: http://tvtropes.org

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