- El trocito de cielo que se veía desde la galería interior de mi casa todas las tardes de primavera.
- El olor de tierra mojada y de eucalipto del parque donde mi abuela me ayudaba a hacer castillos de arena mientras el sol se colaba tímidamente entre las ramas de los árboles.
- El tintineo de una cucharilla repicando contra el cristal de un bote donde realicé mi primer "experimento" con jabón, ramitas de árbol, colonia y muchas otras porquerías.
- El chupete de plástico flotando dentro de una botella de jabón.
- El reflejo del agua en la pared una mañana de verano, chapoteando en la terraza mientras sonaba "La mujer que yo quiero".
- El sol entrando a raudales hasta el recibidor, mucho antes de que el alcalde decidiera autorizar la construcción de las manzanas interiores de los edificios.
- El color azul de la pared desconchada de la habitación desde donde mi abuelo me miraba y sonreía.
- El vestido rojo con franjas negras y botones dorados que tanto me gustaba, con el que jugaba a ser algo parecido a una princesa.
- Las ruedas de mis patines extensibles, tan viejas y roídas que casi no se recordaba que habían sido blancas.
- El olor inconfundible de la mochila de los cuentos.
- El ruido de la pulsera de mi madre cuando me tomaba de la mano y yo escuchaba muy de cerca como las monedas entrechocaban justo al lado de mis oidos.
- El primer día de manga corta, después de meses y meses de esconder los brazos bajo capas de ropa.
- Las gotas de lluvia de aquella tarde de tormenta en la playa.
- Los rayos de sol que caían con la tarde en la escalera que daba a la azotea en casa de mi abuela.
- El neceser color naranja donde mi madre guardaba la crema para el sol los días de playa.
- El ruido de la sierra del carpintero en la planta baja del colegio, que nos obligaba a pasar todo el año con las ventanas cerradas.
- El frescor de la pieza de chocolate escondida dentro del hueco de la miga de pan.
- Felicitación, felicitación, felicitaciones...
- La flauta del afilador.
- El yogur de pera de mi tía Teresina
- Los tebeos de "Mortadelo y Filemón" leídos junto a mi primo las tardes de verano.
- La habitación de mi prima Dori, donde siempre había sol, y todo estaba perfectamente recogido.
- Las cajas de rotuladores Carioca, las de ceras Manley y de lápices Alpino.
- Las horas y horas sentados en una hamaca en la terraza, mi padre y yo, jugando a las capitales del mundo.
Fuente de imagen 2: http://www.yofuiaegb.com/
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