Debo confesar que soy una lectora compulsiva. Lo he sido desde que empecé a comprender que las letras, cuando se unen entre ellas, crean maravillosas composiciones de palabras. Una niña tímida como yo encontraba el mejor refugio en un libro que me transportaba a situaciones irreales en las que no hacía falta ser ni simpática, ni divertida, ni popular. Bastaba con ser una misma. Mi madre también había sido lectora pertinaz durante su infancia (siempre recuerda que la única vez que ha robado en toda su vida ha sido un libro del bibliobús) lo que me facilitó la entrada al mundo de la lectura de los mayores, con recomendaciones excelentes que nunca podré agradecerle lo suficiente.
Cuando pienso en qué me convirtió a la única religión que todavía profeso (la de absoluta adoración a los libros y las personas que los hacen posibles) entiendo que, por un lado, hubo una facilidad innata por leer y comprender lo que leía, pero por otra hubo un personaje (y un libro de lectura) que fue clave en todo este proceso: hablo de Senda y Pandora.
En 3º de EGB (que antiguo suena esto ahora, y que mayor me siento cuando lo digo) cayó en mis manos (y en las de toda una generación, por lo que he podido comprobar después) el libro de lectura de la Editorial Santillana, aprobado por el Ministerio de Educación en la Orden Ministerial de 19 de mayo de 1976. Doy este dato porque cuando he tenido la suerte de repasarlo de mayor he vuelto a caer rendida a sus pies, y me sigue pareciendo maravilloso que un tesoro como este fuera posible editarse aunque fuera a finales de la dictadura de Franco. Se cuenta la historia de Pandora, una mujer solitaria (¡novedad!) muy culta, que vive en ninguna parte y que tiene los vientos encerrados en una caja. Inspirada en el mito griego de Pandora pero suavizada en cuanto a sus funciones, se trata de una mujer que, de mayor, me recuerda un poco a Julia, la pintora de "Verano Azul", independiente, culta y con facilidad para relacionarse con los niños y entrar en su maravilloso mundo.
Uno de los mayores encantos del libro es que cuenta con siete niños, de diferentes edades y con personalidades muy distintas, lo que permite que cada lector se sienta identificado con uno u otro y se quede totalmente abducido por las historias que se van enlazando a través del relato.
Otro de sus encantos es que abre puertas a otras historias, sin acabar de contarlas, que provocan la curiosidad del lector para que vaya en búsqueda de esas otras maravillas que quedan medio apuntadas en el relato: el Museo del Prado, la Dama de Elche, Tom Sayer, los comics, el Caballo de Troya,... son algunos de los innumerables temas que se apuntan en el texto para que después cada uno de nosotros busque la continuación de la historia fuera del universo que se nos plantea en el colegio. Y en mi caso, debo reconocer que fui una alumna aplicada y cumplí a rajatabla con los objetivos del equipo pedagógico que ideó el texto: me emocioné la primera vez que visité el Museo del Prado, adoro la mitología griega y toda su influencia en nuestra cultura, y considero que gran parte de mi afición por las letras debo agradecérsela a Pandora y sus vientos.
Para acabar de rematar la delicia, comentar que el texto está repleto de pedazos de obras de otros escritores como Lorca, Gloria Fuertes, Alberti, Juan Ramón Jiménez o Camilo José Cela ¿Cómo no voy a adorar el libro? ¡Si merece un monumento!
Estoy intentando que mi hijo mayor se inicie en la lectura con el libro de Pandora. Tengo la suerte de conservarlo y de vez en cuando me emociono cuando lo abro por alguna de las páginas al azar y me siento automáticamente transportada a mis siete años en el aula de tercero. Y vuelvo a llorar como lo hice aquel año cuando Pandora se despidió de todos nosotros aquel día. Aunque nunca se fue del todo...
Fuente imagen 1: http://alfanje.wordpress.com
Fuente imagen 2: http://www.kalipedia.com
Fuente imagen 3: http://somosdelcolegiotrinidad.blogspot.com
Por casualidad he encontrado tu blog.
ResponderEliminarEstaba buscando una foto del libro Senda 3, lo tuvo mi hermana en 3º. Después de leer lo que has escrito sobre él, me encantaría poder recuperarlo, me han dado ganas de mostarlo a los niños de mi familia.
Además de todas las preciosidades que has contado sobre el libro, también hay que resaltar los dibujos de José Ramón Sánchez, que salía en el programa Sabadabadá (luego Dabadabadá), en una sección llamada "El desván de las maravillas", donde dibujaba en directo para asombro de todos.
Qué recuerdos más bonitos y qué vieja me siento, ja ja ja.
Saludos y gracias por traérmelo a la memoria.
Tienes toda la razón, a mí también me encantaba ver dibujar a José Ramón Sánchez. ¿Recuerdas la canción de "sube que sube, sube al desván, sube al desván de la fantasía"?
EliminarEs una delicia revivir estos recuerdos con todos los que vivimos aquellos programas y aquellas lecturas. Parece que estemos conectados con una especie de energía especial que nos une mientras compartimos tardes de pan con chocolate.
Gracias por pasarte por aquí y dejar tu comentario, Enebea, hasta cuando quieras.
Me gustaría volver a tener la caja de pandora de tercero de e.g b. Por no mas de 10 euros
ResponderEliminarMe gustaría volver a tener la caja de pandora de tercero de e.g b. Por no mas de 10 euros
ResponderEliminarMe gustaría volver a tener la caja de pandora de tercero de e.g b. Por no mas de 10 euros
ResponderEliminarHola Crsti. Lo siento mucho pero mi ejemplar no está en venta, ni por 10€ ni por 100€. Espero que tengas suerte y consigas alguno en Ebay o cualquier plataforma de compra-venta de material vintage.
EliminarUn saludo y gracias por leerme.
Por lo que veo, Nils Karlsson, también fuiste un privilegiado de la enciclopedia El mundo de los niños. Killevipen. Yo también conocí a Pandora y disfruté con El Jarama de Sanchez Ferlosio y me inicié a su tiempo en las mitologías griega y romana Fuimos unos privilegiados.
ResponderEliminar"El Jarama" de Sánchez Ferlosio fue un gran descubrimiento para mí también, allá en los años 80 y tantos, gracias por traerlo a mi memoria y por tu comentario.
EliminarEstá claro que fuimos unos privilegiados en cuanto a introducción a la cultura general. Gracias por comentar, Joana, hasta siempre que quieras.
Un saludo
Por lo que veo, Nils Karlsson, también fuiste un privilegiado de la enciclopedia El mundo de los niños. Killevipen. Yo también conocí a Pandora y disfruté con El Jarama de Sanchez Ferlosio y me inicié a su tiempo en las mitologías griega y romana Fuimos unos privilegiados.
ResponderEliminarMaravilloso comentario, qué recuerdos y qué momentos! Pandora y su caja de los vientos, y tantos otros. Creo que se puede ser felizmente culto aunque (en Galicia p.ej.) aún no nosintentasen "normalizar" en una sola de las 2 lenguas q tenemos.
ResponderEliminarMe alegro que te guste el comentario y que Pandora también forme parte de tu vida. Me encanta el concepto de ser "felizmente culto".
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Pues yngelguerreroo tengo el privilegio de tener gran parte de los libros de lectura de Senda de la antigua EGB digitalizados.
ResponderEliminarCreo recordar que eran 8 y yo tengo asta el 5.
Amén de otros títulos como las cartillas Micho y la Enciclopedia Álvarez.
Quién las quiera que me busque en Telegram por @arcangelguerrero
En fin, he llegado tarde a tu blog que, leyéndote, me ha llevado agradablemente a esos años de EGB que mencionas. He caído aquí porque buscaba la relación de Pandora con los vientos para añadirlos a mis queridas chovas piquirrojas, unos córvidos maravillosos que pululan por los roquedos y que fácilmente podrían pertenecer a esta cuadrilla de niños por su pasión a jugar con las olas del viento.
ResponderEliminarNo puedo pedirte que continuaras con este simpático y nostálgico blog, ya que también tengo uno y está algo desatendido.
Lo que he leído me ha gustado. Espero que algún día, te conectes de nuevo con esas ganas de escribir o, sencillamente recordar historias que nos devuelven la niñez.
Saludos.